Dylan Wilcoxen vive una vida casi incomprensible. Como hijo del dueño de Kandui Resort Kingpin Ray Wilcoxen, Dylan es el heredero de un tesoro de felicidad completa. El camino hacia las Islas Mentawai es muy usada, pero a pesar de los miles de surfistas que hacen el viaje cada año, solo unos benditos logran quedarse por algo más de unas pocas semanas o sin desglosar críticamente sus cuentas bancarias.
Dylan es parte de esa minoría. Creció en Kandui Resort, cogió su primera ola allí y ha pasado los últimos 13 años retozando en el libro de cuentos de Sumatra gratis.
Como ves en su nuevo clip, todo su tiempo en el paraíso está dando sus frutos. Dylan ya es un demonio de tubo de primer nivel, y su arsenal aéreo se está poniendo al día rápidamente. Disfrutar!
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