Cuando los organizadores del O'Neill World Cup estaban listos para comenzar con el evento la madre naturaleza tenía otro plan. Sunset Beach era una lavadora gigante cuando el swell más grande de la temporada llegó.
El swell fué creciendo y cerró todos los canales de entrada a los diferentes spots del North Shore así que la única y mejor alternativa era Waimea Bay.
No estaba tan gigante ni tan perfecto. Los turistas se agrupaban en el acantilado para ver espectáculo de las olas gigantes de Waimea.
El swell comenzó a subir más a media tarde y las olas eran de 15 pies en la escala hawaiiana, el sol brillaba por su ausencia pero los surfers de olas grandes estaban allí.
No todos fueron tan afortunados ya que con un swell así siempre hay peligro y muchos wipeouts. Jamie Sterling apenas llevaba veinte minutos en el agua cuando se dislocó el hombro en su primera ola.
Después de ser ayudado por algunos de los surfers en al agua pudo ser rescatado por un jet-ski y llegar a la orilla para luego ser llevado al hospital de Wailua.
El resto de los más de cincuenta surfistas que estaban en el agua sobrevivieron por suerte saliendo casi todos relativamente ilesos.
El swell formado por unas bajas presiones en la península de Kamchatka a unas 1.500 millas de Hawaii hizo despertar a Waimea después de un largo tiempo de letargo.
BALUVERXA
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