La dura vida de los surfistas cubanos

Un pequeño grupo de surfistas vive su pasión por este deporte en la isla pese a la falta de medios .
La tabla es para el que se lo curra. Así funciona el surf en Cuba, un deporte minoritario en la isla pero nada elitista ni dependiente de las modas pasajeras: por fuerza, no por gusto. El aislamiento, el embargo y la penuria del país obliga a los surfistas cubanos a unirse para compartir experiencias y equipo; incluidas sus tablas, que en parte fabrican ellos mismos y en parte consiguen como regalos de los visitantes extranjeros a la isla. Viven el surf en su edad de la inocencia, ya un tanto perdida en países más acomodados y consumistas.
Los aficionados al surf en Cuba no son más de 200 en Cuba, por lo que cuentan los más optimistas. Cada día de mar agitada, un grupo de entre 10 y 30 aficionados se reúnen en la orilla de una playa de piedras afiladas del barrio de Miramar en La Habana que no se puede pisar descalzo sin salir herido.
Uno tiene que tener mucho amor al surf para tener la paciencia de fabricar una tabla a partir de una de esas plataformas de espuma de la parte de trasera de las neveras. O para pasarse meses haciendo méritos y cola antes de conquistar una de esas tablas caseras, o una regalada por algún extranjero, pero igualmente socializada, pues su precio en el mercado de segunda mano (no menos de 150 dólares) equivaldría a 9 meses de salario cubano.
El surf tuvo su pequeña explosión en Cuba cuando, hace ocho años, el surfero australiano Bob Samir decidió darlo casi todo para ayudar a los chicos la Asociación de Surfistas de Cuba. Samir creó para ellos una página web (www.havanasurf-cuba.com ), que casi ninguno de los chicos ha llegado a ver porque no tienen Internet. El sitio, surtido con fotos y textos que los chavales envían por el correo electrónico de los pocos que sí tienen, sirve para canalizar ayudas y ponerse al día de los progresos de este deporte en la isla.
Cuba tiene buenas zonas para el surf, aun cuando la mayoría de la costa está por explorar a los efectos. Y el ambiente es, según Bob Samir, "el mejor". Pero los surfistas quieren más medios para cabalgar las olas y buscar playas. Tarde o temprano los tendrán. ¿Perderán entonces la inocencia?
Mas info en http://www.havanasurf-cuba.com/
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