Surfrider Foundation Europe considera que la nueva normativa asegura una mayor protección a los bañistas, pero no mide la contaminación química que originan los vertidos industriales.La entidad, fundada entre otros por Tom Curren, triple campeón del mundo de surf, reúne hoy en día una red de 1.000 voluntarios, 5.000 socios y más de 12.000 simpatizantes en Europa e intenta proteger la salud del litoral y de los practicantes de deportes náuticos. Es uno de los pocos organismos que ha realizado un seguimiento de la evolución de la calidad bacteriológica de la costa vizcaína en base a la nueva ley, por su incidencia en los usuarios del mar.
Los vertidos y escapes que hacen llegar las bacterias fecales al océano «representan uno de los principales problemas ecológicos de las zonas de baño y de actividades náuticas por su alto contenido en microorganismos patógenos. Éstos originan enfermedades por el contacto prolongado del agua contaminada con ciertas zonas sensibles del cuerpo».
Aunque la presencia de las bacterias intestinales es relativamente natural en la costa, una elevada concentración de las mismas perjudica, además de a las personas, a la salud de los animales marinos, que «pueden llegar a morir de infecciones».
BALUVERXA.COM
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